Este cuento cumple la máxima de "lo breve, si bueno, dos veces bueno".
Cuando empiezas a leer esta obra, notas que el autor es un literato experimentado. Escribe bien, realmente bien. No fueron pocas las veces que fui a consultar el diccionario. Palabras de concepción exquisita se intercalan en una prosa fluida y repleta de belleza.
Los diálogos, teatrales y cómicos, me han sacado más de una sonrisa. Los personajes son llevados al extremo y las situaciones alternan la hilaridad con la crudeza más excesiva.
La trama, de apenas 30 minutos de lectura, consigue sumergirte en el dilema que afrontan los protagonistas. La sabiduría del intérprete principal queda plasmada en cada una de sus palabras, al igual que la ignorancia de la mayoría que lo rodean.
Al final, la historia se funde con la mitología asturiana, lo que otorga una gracia especial a este pequeño relato. Un ejercicio de imaginación y creatividad muy loable por parte del autor.
Cualquier amante de la lectura que tenga unos minutos libre, debería echar un vistazo a esta obra. Muy recomendable.